Yo tengo un sueño. Se llama Igualdad en Libertad. En serena y madura libertad
Anoche, mientras dormía, soñé, bendita ilusión, que una fontana surgía dentro de mi corazón, y tuve un sueño.
Hoy me he despertado, pero mi sueño persiste, y, siguiendo a lo Machado, diré que, en un mundo donde demasiadas veces parece que el sentido común es el menos común de los sentidos, me gustaría que pensáramos todos juntos, querido lector, querida lectora, por unos instantes, si podemos imbuirnos de ese escaso bien en los humanos, el sentido común, la serenidad, la amabilidad, la prudencia, el Amor de corazón en vez del odio del hígado. Esas cosas que tanto predico yo mismo y que casi nunca logro enseñar del único modo posible: con el ejemplo.
Pocos ignoran hoy en España que se celebran "primarias" para elegir al Secretario o Secretaria General del PSOE. Se habla, no sin cierta falta de razón, de dos modelos políticos, y dos modelos de partido, y no puedo por menos que decir que les veo razones a ambos. Igual que les vi razones a quienes en una votación de investidura de un candidato del Partido Popular a Presidente del Gobierno propugnaban votar no, in primis porque quien había votado PSOE no había votado investir al candidato del Partido Popular ( si así fuera habrían votado PP). Del mismo modo, no les faltaba razón a los que propugaban la abstención: la endiablada aritmética parlamentaria habría conducido, en caso de No de todos los diputados del Grupo Socialista a la investidura, a unas terceras elecciones generales, donde los españoles, hastiados, se hubieran abstenido en números inmensos, con gran riesgo para la misma Democracia, y donde los votantes socialistas, hastiados, hubieran ido a la abstención, el blanco, el nulo y otros partidos, dejando al PSOE en un número de diputados que lo hubiera llevado a la irrelevancia y encaminado hacia la desaparición más pronto que tarde.
Hoy, mi sueño es un PSOE fuerte, cohesionado, donde no sobren más que los intolerantes y los descabezados, y donde todo el mundo sume.
Un PSOE en el que , si como es previsible, el ganador o ganadora de hoy sepa entender que , con un 40% de los votos válidos emitidos, un 39% para otro canditato o candidata, un 10% para un tercer candidato, un 5% de blancos y nulos, y un setenta por ciento de participación, sólo tiene el 40% de los votos válidos emitidos, y un 30% de los votos de los afiliados al PSOE. Una minoría mayoritaria.
Y que debe entender que de sus votos, una parte son "prestados". Y que, en un sistema democrático maduro, como el que yo espero que sea el sistema democrático español, o el sistema interno de elecciones en los partidos con opciones parlamentarias, empezando por el PSOE, ningún voto es nunca un cheque en blanco.
Un PSOE donde quepa todo el amplio, variado, multidimensional espectro progresista de una España moderna, del siglo XXI, con sus enormes dificultades y retos, y una complejidad intrínseca de las soluciones políticas que desborda a cualquier partido, a cualquier ideología, y, por supuesto, a la cabeza y pensamiento de un solo individuo.
Donde se acepte y se sume a todo aquel que quiere un mundo de igualdad de derechos sin merma de la libertad. Yo no puedo aceptar el nazismo ni el stalinismo, bajo ningún concepto, me repugnan. En infinita menor medida, no acepto el neoliberalismo extremo, ni la izquierda extrema y excluyente.
Abro mis brazos a toda idea de progreso desde el centro liberal-progresista heredero de Melquiades Alvarez a la izquierda utópica y alternativa respetuosa de la libertad y los derechos humanos. De la socialdemocracia adaptada a la nueva realidad que se parece poco a la de su época de auge 1950-1989. De la izquierda en el centro de la izquierda. Del ecologismo, de la consideración profunda de las muchas razones que avalan a los movimientos por el decrecimiento, o por un crecimiento responsable y sostenible. A los movimientos que reclaman más y mejor democracia, información libre y conocimiento libre. Alabo a los sensatos y a quienes saben que otra política es difícil en un mundo donde el capital actua globalmente, mientras que quienes se dedican a la noble actividad de la Política ven muy reducido su margen de actuación, a la vez que enaltezco a los visionarios que imaginan un mundo donde más y más recursos beban de fuentes diferentes, donde la continuidad de un sistema que ha dado a la Humanidad la mayor calidad de vida de su historia conviva con que las patentes , legítimas como son las actuales y las que vendrán por muchos años, fueron un instrumento potente y útil en su momento, y hoy son un vehículo que da más a las grandes corporaciones y cierra espacios a esfuerzos emergentes de actores menos poderosos.
Seguramente se entiende que estoy diciendo que todo el mundo tiene razón y haciendo un discurso fácil. No. Tengo mis preferencias, vaya si las tengo. Pero no estoy en posesión de la verdad y cometo más aciertos que errores, como todos, por eso, animo a quien tiene responsabilidades a que formule un programa de gobierno para las proximas generales con lo mejor y con los mejores, con aportaciones del máximo común denominador de todo lo que cabe en el ancho mundo del progresismo en libertad, y a que , una vez tomado el rumbo, todos quienes lo podamos razonablemente compartir, nos pongamos detrás del consenso mayoritario a empujar con fuerza como uno solo, aunque mucho de lo que defendamos, inevitablemente, irá en contra de lo que cada uno de nosotros hubiese preferido.
Quiero, mañana, que nadie emplee un solo voto como excusa para excluir a la otra mitad del PSOE que no le ha votado.
Y si, como hay un riesgo real, el PSOE terminara desapareciendo. Si los hombres y mujeres que estamos detrás de él lo arruinaramos y se diluyera como un azucarillo, sentiría pena por unas siglas con 140 años de brillante historia, pero no perdería tiempo en llorar. Siempre habrá un proyecto, siempre habrá millones de seres humanos que, con un instrumento o con otro, desde un espacio o desde otro, queremos un mundo más justo. Nadie es imprescindible. Ni ningún partido, siquiera, lo es.
Viva la libertad, viva la justicia.
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