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Titiritero de palabras

¡ Vade retro, iniciativa !

¡ Vade retro, iniciativa !

Vaya por delante que el año pasado, el gobierno dio un gran paso adelante en favor de los autónomos con la aprobación del Estatuto del Autónomo, y la posibilidad de que éste acceda a la Incapacidad Laboral Transitoria, entre otras medidas. Digamos también que pronto es previsible que se dé un paso adelante en cuanto se llegue a un acuerdo entre los sectores sociales que permita definir la fórmula para la cotización al efecto y las condiciones para acogerse a la prestación por desempleo cuando un autónomo se vea en esa tesitura. Sin embargo, en un país en donde la creación de empleo debe ser una prioridad absoluta, donde la mayoría del empleo la generan los pequeños empresarios, micropymes y autónomos y donde en los últimos meses se vislumbra una desaceleración económica que podría comportar la destrucción de empleo y el aumento del paro, toda facilidad para que personas con iniciativa y capacidades puedan establecerse por su cuenta, generar actividad económica, y, llegado el caso, incluso puestos de trabajo no sólo para sí sino para algunas personas más, toda facilidad, toda ayuda, toda simplificación es poca.

 Y hete aquí que en Oviedo podemos contar con una eficiente Ventanilla Única Empresarial que en un solo día permite realizar todos los trámites del alta como autónomo, con eficiencia, asesoramiento, amabilidad, y salir de una sola dependencia con todo lo necesario bajo el brazo para ponerse manos a la obra. Lo cual es mérito de las administraciones, organizaciones y Cámaras implicadas, pero, naturalmente, también de la extraordinaria calidad humana de los funcionarios allí destinados.

Ahora bien, superados ese primer trámite, uno no puede imaginar las molestias, dificultades, problemas y dolores de cabeza que le puede generar abandonar la tranquilidad y la seguridad de un trabajo por cuenta ajena donde a su estricta labor profesional no ha de sumar las responsabilidades de gestión y la "lidia" con las administraciones. Y, sobre todo, para los primeros pasos de alguien que, naturalmente, en sus primeros meses se encuentra en las condiciones más difíciles que previsiblemente afrontará: la fiscalidad del régimen es cara y compleja. La burocracia dista de ser trivialmente comprensible por cualquiera, y, naturalmente, uno tiembla ante la idea de cometer un error burocrático, pues las gestiones omitidas o mal realizadas, por comprensible ignorancia y sin la menor mala fe, tienen como respuesta más probable de la administración la siempre socorrida multa.

Hay que decir, no obstante, que ante la (relativa) juventud de uno y su más que evidente bisoñez, los funcionarios suelen ser extremadamente amables, comprensibles y colaboradores. Pero no deja de estar uno sujeto a la ruleta. Si 9 de cada 10 veces te atienden con la mayor paciencia, prolijos en explicaciones, resolución de dudas, corrección de eventuales errores, colaboración..... basta que un día ( y ese día alguna vez siempre puede tocar ) te encuentres en la ventanilla de turno con el funcionario que no tiene su día para que ante tu trémula voz de "¿oiga, esto estará bien y será lo que tengo que poner para realizar la gestión que deseo?" te contesta de malas maneras que eso no es problema suyo, que tú le dés ese impreso tipo 490, ese impreso 210, ese impreso número 185 con lo que has puesto y firmado y él te tramita lo que le dés, que para eso está, y si no lo sabes tú, él no se va a parar a contártelo....

 

Total, que uno, inseguro y nervioso por naturaleza, se va a su casa temblando ante la idea de si ( o más bien CUÁNDO ) va a aparecer un funcionario de correos con un certificado en el que le notifican que adeuda una cantidad de infarto, a la que, por supuesto, hay que añadir la consabida multa y los intereses de mora debidos al tiempo que la administración tardó en darse cuenta de que habías puesto la equis en la casilla de al lado de donde correspondía a lo que pretendías (que, claro, no es al medio minuto que te lo hubiera podido decir el señor de la ventanilla al que se lo entregaste si hubiera tenido su día).

Por supuesto,  todas estas nimiedades se pueden evitar contratando los servicios de una eficaz gestoría privada, a la que puede acceder quien tiene un colchón económico para comenzar, pues sabido es que, o eres un genio, o trabajas un sector muy demandado, o los primeros meses tus resultados serán pérdidas ( inútil decir que ninguna entidad financia un comienzo como autónomo, pues la primera pregunta para estudiar un crédito de cualquier banco es ¿de cuánto dice que es su NÓMINA? ).

Para rematar lo contento que me tenía ya hoy esta situación, me llegan por correo mis DATOS FISCALES ( si has sido autónomo no te mandan borrador, sino tus datos fiscales, de modo que este año, por primera vez, no he podido acogerme al sistema de los últimos seis años en que una sola firma de conformidad y la introducción del sobre con ella en cualquier buzón a franquear en destino me suponía el ingreso en la cuenta habitual de la devolución pertinente). Inocente de mí, se me ocurrió pensar que con los datos fiscales, acudirías a la habitual plataforma que hacienda habilita al efecto y con ellos te harían ellos la declaración. Naturalmente, para rematar la faena, habiendo sido autónomo un solo mes de 2007, no sólo no te hacen borrador, sino que con los datos fiscales también pierdes el derecho a que te hagan la declaración aun con todos tus datos incluidos en la carta que te llega y en conocimiento de la Hacienda Pública.

¿ Alguien se extraña de que miles de personas desperdicien recursos humanos durante años preparando oposiciones que sólo una fracción de ellos sacará ? Visto lo visto, cambiaría el "todos camareros" del intelectual español de principios del siglo XX por "todos funcionarios". Eso sí, si pones algo por tu cuenta, te aconsejo dos posibilidades:

- poner una gestoría

- poner una academia de preparación de oposiciones

¡ Que tengas un buen día ! ( ya que a mí el mío ya me lo han amargado).

 

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