Canción de noche nro. 2

Y otra vez es de noche, y vuelvo a tocar la guitarra y a cantar; no sé ni siquiera yo por qué motivo, quizás porque estoy vivo. Y quiero de esta manera demostrar mi existencia, o quizás porque es un modo, éste, de no irse a la cama. O quizás porque aún me queda bebida, y vuelvo a llenarme el vaso.

Y el eco apenas se ha desvanecido de las risas echadas con los amigos, de los brindis felices en los que cada cual esconde su pena, en los que cada uno no está, como ahora, solo consigo mismo, diciéndose dónde ha faltado, dónde ha estado, dónde se ha equivocado.

Y sin embargo, es placentero, por la noche, irse por calles y tabernas, vino y melancolías; y dos canciones hechas a la ligera, en las que gritando ocultas el deseo de que las tomen en serio; el hecho de que estás triste, o que te aburres de todas tus dudas.

Pero los moralistas han cerrado los bares, y las morales han cerrado vuestros corazones y apagado vuestro ardor. Es hermoso retornar a la normalidad, es fácil volverse con las tantas ovejas blancas. Excusad que no me sume a ese rebaño, yo moriré oveja negra.

Serán cosas que ya has oído, o escritas en un verso un poco ajado, si bien así es el mío

( Francesco Guccini, cantautor y escritor emiliano, nacido en Modena en 1940. "Canzone di notte No 2 ")