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Titiritero de palabras

Rica basura

Rica basura Entre las noticias de la jornada me ha llamado la atención un detalle. Han detenido a unos ciudadanos de un país del este que robaban en las casas y, parece ser que estos señores determinaban el mayor o menor interés de un domicilio para un robo examinando durante varias jornadas su basura.

No deja de resultar sorprendente que, más allá de cualquier ostentación, el quid que permite determinar el nivel de vida de una casa sea el análisis de los residuos que genera. Y no me cabe la menor duda de que estos hombres no erraban en el método: estoy seguro de que un ladrón profesional domina mejor los síntomas que delatan a una víctima apetecible que el más agudo de los científicos sociales. No sé si encontrar una gran ironía en el fenómeno, o encontrarlo, en el fondo, poético. Creo que ambas cosas. El hecho encierra una irónica poesía. Somos lo que desechamos.

Vuelve, por supuesto, una vez más a mi cabeza la idea recurrente de que la basura del más modesto de los barrios de mi ciudad sería un valiosísimo tesoro en buena parte de los países del mundo.

Entre tanto, los cayucos siguen llegando a mi país. Y aún habrá quien se sorprenda.

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