Prestigio y calidad
Leía yo hace pocos días en un diario los riesgos del uso de las redes sociales, así como algunas reflexiones más... Me llamó la atención una frase. Hablaba de que en cierta red social, los términos de uso que debías aceptar para inscribirte, si los copiabas y pegabas en un documento Word ocupaban dieciséis páginas ( por cierto, no decía con qué tamaño de letra, ni cosa similar.... una medida peculiar, la de la periodista, imagino que con la letra por defecto y el tamaño por defecto de ese procesador de textos propietario, que creo que es Times New Roman de 12 puntos, pero bueno).... A lo que voy, la frase en cuestión decía algo así como que, aunque uno tuviera la paciencia de leerse detenidamente las dieciséis páginas, había aspectos que un lego en Derecho no entendería suficientemente, por lo que requerirían del juicio de un prestigioso jurista (sic).
Y me pregunto yo... ¿ qué aporta un PRESTIGIOSO jurista que no aporte un jurista en general ? ¿ El prestigio ? Vamos a ver... yo creo que lo que debería haber escrito la ( ¿prestigiosa? ) periodista es que ciertas cláusulas requerirían del análisis por parte de un jurista competente o, más llanamente, bueno. Admito que muchas veces el prestigio va asociado a la calidad ( cuando el río suena , agua lleva ). Sin embargo conozco más de un profesional en el que no veo acompasados su prestigio y su valía. Es cierto que un buen trabajo, mucha experiencia, y mucha sabiduría y buen juicio, más temprano que tarde reciben su merecida recompensa en forma de prestigio. Pero no creo que sea menos cierto que existen profesionales de distintas actividades que, junto con el apellido, heredaron de su papá el prestigio, y, ciertamente, su nombre les supera.... También un acertado márketing da prestigio , sin que tenga por que ir aparejado con un similar know-how sobre los procedimientos de la profesión. En resumen, que , a mi juicio, el prestigio muchas veces, afortunadamente, es consecuencia del buen hacer, del mucho saber, y del trabajo bien hecho. Pero influyen en él también otros factores....
Por favor, el día que necesite una abogada, dadme a la persona en la que confío y nunca me ha fallado... No me consta que sea especialmente prestigiosa, al menos entre la población general ( aunque en el mundillo todo el mundo se conoce y todos saben quién y cómo son todos), pero es excelente. Y, llegada una tormenta, quieran los dioses del Olimpo que mi nave esté dirigida por un capitán bueno, y no por uno prestigioso. Así sea.
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