A mí sí me gustaba el Martini bianco
Uno de los grandes líderes de la Iglesia Católica en las últimas décadas ha sido, sin duda, el Cardenal Carlo María Martini. Arzobispo de Milán durante muchos años, era el evidente candidato de los sectores más abiertos de la iglesia para papa. No obstante, cuando, avanzada ya la enfermedad de Carol Wojtyla un periodista le preguntó expresamente si se veía como el siguiente papa, el cardenal, con su habitual saludable sentido del humor, respondió "La verdad es que prefiero el Martini rosso al Martini bianco" :-) Por si alguien no entiende el chiste, recuerdo que existen como bebidas el martini blanco y el martini rojo ( o de color), y que el rojo es el color con que visten los cardenales, mientras que el blanco es el color de los papas.
En el cónclave que eligió a Joseph Ratzinger como nuevo papa, parece ser que los resultados se repetían una y otra vez: mayoría de votos para Ratzinger, pero sin la mayoría cualificada necesaria en las primeras votaciones para que resultara elegido. Cuarenta y pico votos para Martini y un pequeño número de votos para Hummes, brasileño, y para Berzoglio, argentino. Como las vigentes normas para la elección de Sumo Pontífice establecen que hasta la votación, creo que es, vigésimo primera, no sirve la mayoría simple para resultar elegido papa, parece ser que Martini les dijo a sus partidarios que era absurdo pasarse días y días repitiendo una vez tras otra la misma votación, y que el resultado ya estaba decantado, de modo que les sugirió que en la siguiente votación votaran todos a Ratzinger y acabaran con el sinsentido, lo cual determinó que Ratzinger resultara elegido papa el tercer día de votaciones.
Martini, ya jubilado, y con cargos ya sólo honoríficos, se dedicó a lo que verdaderamente le apetecía: se trasladó a vivir a Jerusalén y a acabar sus días estudiando allí tranquilamente las cosas que le gustan. Ahora, sin ser muy explícitas, llegan noticias que no parecen dejar mucha duda sobre el hecho de que Carlo María Martini se halla gravemente enfermo y afronta la última etapa de su vida. Ha vuelto de Oriente a Italia para recibir tratamiento médico. Y ya, en esa situación, presenta unas propuestas, consciente de que a estas alturas ningún miembro de la Curia tiene ya la facultad de callarle, como han hecho con otros primero. Parece difícil que nadie se atreva a ordenar desde Roma a alguien de la talla eclesiástica e intelectual del Cardenal Martini que se calle o que deje de escribir.
En resumidas cuentas, parece que Martini propone lo siguiente:
- volver a la vía del Concilio Vaticano Segundo, que se cerró en falso, y/o, en buena medida, en el sentido contrario al que quiso propiciar mi admirado Juan XXIII, tras el fallecimiento de éste.
- reconsiderar la posición de Roma sobre los divorciados, las relaciones prematrimoniales, los preservativos, la igualdad de derechos de hombres y mujeres (ordenación sacerdotal de féminas incluida) y los/as homosexuales.
La verdad es que la inmensa mayoría de mis amig@s que son católicos practicantes, de hecho, no coinciden con Roma en su actual posición, por ejemplo, sobre los anticonceptivos, las relaciones prematrimoniales o la discriminación de la mujer en el seno de la Iglesia. Exactamente como yo, que he recibido una educación cristiana, y que, de hecho, si tomo como criterio para decir si soy cristiano o no lo soy el que dictó Jesús, debo decir que lo soy. Cristo nos dejó dicho "Un mandamiento nuevo os doy: amaos los unos a los otros como yo os he amado; en eso conocerán todos que sois mis discípulos, si os amais los unos a los otros".
Dado que yo soy partidario del Nuevo Mandamiento, según ese criterio no puedo por menos que considerarme cristiano, y, como tal, pedir a Roma que escuche a uno de sus eclesiásticos más cultos y destacados, Carlo Maria Martini.
¿ Lo harán o preferirán terminar siendo cuatro ? Yo tendría la elección muy clara...
4 comentarios
Sergio -
ALMU -
Sergio -
Chus -