Nuevo plagio de Sergio
Hacía tiempo que tenía ganas de plagiar a Alejandro Rodríguez Álvarez, más conocido como Casona, escritor asturiano, nacido en Besullo en 1903. D. Alejandro falleció en 1965, no conozco la legislación española sobre derechos de autor y no sé cuándo la obra de Casona pasará al público dominio, si bien calculo que al no haber transcurrido ni cincuenta años desde su temprana desaparición, sus herederos aún tendrán el copyright de su obra.
No creo no obstante que se querellen contra mí por copiar un artículo de este gran escritor en un blog con un número de lectores modesto. No obstante, ¡¡¡ NO TENGO UN DURO !!! , de modo que no se molesten, amigos, en demandarme , no van a poder cobrar nada :-) Es una de las pocas cosas buenas que tiene ser pobre , je, je.
Paso ya al plagio del artículo de ese gran maestro, en todos los sentidos, que fue Alejandro Rodríguez Álvarez, el que de niño vivía en una casona.
LÁGRIMAS DE AYER
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No conozco una sola actividad que además de seer ejercida técnica y remuneradamente por los profesionales no sea al mismo tiempo gratuita y espontáneamente cultivada por los aficionados. Y no solamente aquellas de las que puede esperarse placer o gloria, sino incluoso las más áridas, las menos tentadoras y hasta las más indignas. Que el mundo esté plagado de pintores aficionados es natural; ya el hombre de la caverna empezó dando el ejemplo. Pero el caso es que profesiones tan incómodas y nada recomendables como la mendicidad por ejemplo, tengan también sus inevitables "amateurs". Y, sin embargo, es cosa bien corriente encontrarse en los periódicos esa noticia del pordiosero muerto de inanición en una esquina de invierno en cuyas ropas se encontró cosida una fortuna. ¿ Qué oscura fuerza empujó a ese pobre diablo, que hubiera podido vivir como cualquier "millonario profesional" , a convertirse en un mendigo aficionado? No pretendo contestar. Pregunto, simplemente.
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