Olé mi Presidente y Olé mi Jefe del Estado
Desde la adolescencia tengo un problema ético-político importante. Hacia los 14 años me hice muy consciente de que algunas veces las opiniones de la mayoría de las personas las encontraba en conflicto con lo que mi (siempre muy personal) ética me decía. Sin embargo, tenía muy claro que el menos malo de los sistemas políticos que conocía y se me ocurrían era la democracia liberal moderna con su juego de mayorías y minorías. Siempre me dije: bien, Sergio. Digamos que en un pequeño porcentaje de las cuestiones, la mayoría de la gente se equivoca, o desearía tomar opciones políticas que tú sabes, porque has tenido la suerte de acceder a una cierta formación, que les perjudican objetivamente ( exigir sin límite medidas que acarrearían un gasto público que a la vez no se está dispuest@ a mantener con impuestos para mantener un equilibrio de las finanzas públicas razonable y aconsejable sería un ejemplo típico), o toma decisiones que no te parecen aceptables éticamente ( en seguida me extenderé un poco en el ejemplo de que en algunos países la mayoría de la población podría votar a una opción que propugnase que las mujeres tengan menos derechos que los hombres, que es el caso más claro que se me ocurre).
En 1992, el problema hasta entonces puramente teórico que bullía en mi cabeza se concretó: en Argelia ganó unas elecciones democráticamente el FIS, y el Ejército interrumpió el proceso electoral. Mi desconcierto fue infinito. ¿ Cuál es la postura política correcta ? Yo no estaba de acuerdo con medidas que era posible que hubiera tomado el FIS en el poder, pero, si no seguimos el dictado de la mayoría, ¿cuál seguimos? ¿ el de una minoría? ¿ quién elige a esa minoría ? ¿ habría que coger a los más cultos, capaces y mejor formados? ¿quién decide quiénes son? El caso de que un gobierno elegido por amplia mayoría decidiese dar menos derechos a la mitad de su población por razón de sexo me resulta muy evidente, pero hay otros que no me lo son tanto. Muchos españoles creen que la intervención española en Irak, en los términos del mandato que se le asignó se ajusta al Derecho Internacional; yo no lo creo ( si bien yo soy partidario de que haya tropas españolas con tareas de mantenimiento de la paz, ayuda a la población, mantenimiento del orden, reparto de ayuda humanitaria, etcétera sin la menor duda; es más, creo que AHORA ni Estados Unidos ni Gran Bretaña deben retirar sus tropas de Irak, por un motivo muy simple: hablando en plata: tú lo *jodiste*, tú lo arreglas; no puedes desarbolar el gobierno y la administración de un país soberano, y luego coger y marcharte dejandolos sumidos en una más que probable guerra civil cruentísima. Eso sí, otra cosa es el carácter de la misión, que debería cambiar radicalmente, en cuyo caso yo sería partidario de volver a enviar un contingente español a Irak -pero jamás con un mandato como el que le encomendó el anterior gobierno al que envió-. Por cierto, me pareció vergonzoso, aparte del drama humano que se causó, que mientras las tropas angloestadounidenses tomaban posiciones para defender las instalaciones petrolíferas del país, nadie evitase el saqueo de los riquísimos museos de Bagdad, causando a la Humanidad pérdidas culturales terribles e irreparables).
El caso es que yo no tengo la solución, pero sigo dándole vueltas al problema: el ser elegido mayoritariamente en las urnas considero que no da derecho A TODO. Y el Presidente de Venezuela, D. Hugo Rafael Chávez Frías me parece un claro exponente de ello.
Por lo cual, me siento orgulloso de que mi Presidente del Gobierno y mi Jefe del Estado le pararan los pies ayer ante lo intolerable. A veces, hay que decirle a algunas personas, como hizo El Rey: ¿ Por qué no te callas ? ( y como no me gusta ver la paja en el ojo ajeno, me apresuro a decir que a mí me lo habría que decir muchas veces, si bien la amabilidad de la gente hace que nunca, que yo recuerde, me lo hayan dicho - al menos con esas palabras, jajajaaja- ).
Y me siento orgulloso de que un Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero haya cumplido con su deber de defender a otro Presidente del Gobierno de España, D. José María Aznar, elegido en su momento por la mayoría absoluta del Congreso y , ad extensis, de los votantes españoles, indirectamente. Y eso, aun cuando ESTOY SEGURO de que Aznar jamás hubiera hecho lo mismo por Zapatero, si la situación hubiera sido la inversa.
No quiero extenderme más, pero el caso de que en España haya una monarquía, que yo apoyo, y seguiré apoyando, a pesar de que en general mis convicciones ético-políticas me hacen esencialmente republicano, mientras D. Juan Carlos y sus eventuales sucesores, si es que llego a conocer a alguno, sigan comportándose tan ejemplarmente como lo hacen , y encabezando una Jefatura del Estado moderna, eficaz, y mucho más barata para los españoles que las monarquías y las presidencias de la república de casi todos los países de Europa Occidental. Porque es otro caso en que originalmente la mayoría del pueblo español, al votar muy mayoritariamente a favor de la Constitución Española de 1978, eligió una opción que , en su momento, yo no hubiese compartido (visto lo visto a posteriori, ahora sí, dado el excelente papel jugado desde 1975 hasta hoy mismo por el actual monarca, y vistas las dificultades que tienen los dos grandes partidos para renovar, por ejemplo, los magistrados del Constitucional, o los miembros del CGPJ -otro día dedico un post a eso-).
Gracias por leerme.
2 comentarios
Sergio -
Sabes que no abro el messenger desde hace semanas porque tengo mucho que hacer y aunque ponga "No disponible" no hay manera de que me dejen trabajar, un beso.
Car -
besines