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Titiritero de palabras

Encarna, una vida, un ejemplo

Encarna, una vida, un ejemplo

En pleno debate sobre la ética, los valores y el comportamiento de los socialistas me llega a través del teléfono la triste noticia del fallecimiento de Encarna. Encarna, sin más apellidos. Creo que se llamaba, según leo en la web de un periódico, Encarna Vega, y que había nacido en Ribadesella. Pero en Gijón, en Asturies, y en España, entre los y las socialistas, entre la gente que luchó contra la dictadura, no hace falta apellido, Encarna es Encarna por antonomasia. Si acaso, Encarna es la mitad de "Marcelo y Encarna".

Encarna trabajó desde niña. Más tarde montó una peluquería, se casó hace más de medio siglo con Marcelo, Marcelo García, creo, pero vamos, que de lo de los apellidos de Marcelo digo lo mismo. Marcelo se pasó media dictadura del General Franco en la cárcel. Entre tanto, Encarna sobrevivía como podía, mientras daba cobijo en la trastienda de la peluquería o en su casa a todo aquel que lo necesitara, principalmente por motivos políticos. En casa de Marcelo y Encarna dormían Felipe González o Alfonso Guerra cuando su actividad los traía a Gijón. Cuando iban a la cuenca del Nalón, era en casa de Pablo y Lolina, zapateru él, cocinera ( ¡ y qué cocinera, ella ! ).

Tras el fallecimiento del anterior Jefe del Estado, Marcelo y Encarna acometen la tarea, junto con otro puñado de entusiastas, de reconstruir el PSOE en Asturias. Fijaos cómo eran las carreteras, que una vez, en 1976, iban con su Seat 600 camino de Cangas del Narcea. Naturalmente, cuando se perdieron, empezaron a discutir, como hace con frecuencia la gente que se quiere como se quieren Marcelo y Encarna: que ye por aquí; que no; que ye por aquí; que no.... total, que -y pregunten a un paisanu: "¿Oiga? ¿ Vamos bien por aquí pa Cangas del Narcea?" Y el campesino les responde: "de dirección van bien, pero van por el prau, la carretera ye un poco más p'allá".

Hay una vieja leyenda, que seguramente será mentira, que cuenta que una vez fue Marcelo, que taba por Madrid por otres coses, con la naturalidad que lo caracteriza, y una cierta edad que ya tenía, a la puerta de Moncloa a saludar a Felipe González, Presidente entonces del gobierno. El agente de la puerta le pregunta qué desea, y Marcelo responde: "Venía a ver a Felipe". Escéptico ante la visión del "pobre" anciano que pretendía entrar al despacho del Presidente del Gobierno, parece ser que el guardia poco menos que se rió de él. Contactó por teléfono interno con la Secretaría de Presidencia, y en cuanto la Secretaria que se puso le dijo a González que era de parte de Marcelo, el Presidente transmitió una orden tajante y veloz: ¿¿¿ Marcelo ??? ¡¡¡ Que pase inmediatamente !!!

Pero seguramente no es más que una historia falsa y apócrifa.

Por gente como Pablo, como Lolina, como Marcelo, como Encarna, sigo y seguiré siendo siempre SOCIALISTA.

Salud, compañera, allá donde estés. Un abrazo, Marcelo, desde Internet, que no usas y no leerás, porque el trabajo no me permite dártelo de otro modo. Y recordad la frase que preside la sala de reuniones de la sede del PSOE de Gijón: los socialistas no se entierran, se siembran.

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