Rodrigo Rato , director gerente del Fondo Monetario Internacional, acaba de anunciar por sorpresa que dejará próximamente su cargo por motivos personales y familiares. Es una pena que nuestro país pierda el privilegio de que un connacional ocupe uno de los cargos más importantes a nivel mundial. No obstante, naturalmente, la gente es libre de decidir sus propios proyectos vitales y a nadie se le puede exigir que sacrifique su vida o su familia si considera que saldrán perjudicadas con su dedicación a la gestión de las cuestiones comunes. Por tanto, sólo resta agradecerle al señor Rato sus servicios prestados y desearle la mayor de las fortunas en la vida privada a la que retornará en los próximos meses. Ojalá pronto otro español ( o española ) sea llamado a una responsabilidad de similar relevancia. Sin duda, nuestro país, y la enorme valía de no pocos de sus hombres y mujeres lo merecen.
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Anónimo -