Errare humanum est
Decía Arturo Pérez-Reverte en La tabla de Flandes que cada uno juega al ajedrez tal como es. Ayer se demostró una vez más. El monstruo calculajugadaspormillones venció a un soberbio Kramnik tras cometer este un error garrafal. Las calculadoras no se equivocan nunca. Los humanos, con frecuencia, tras dejarnos la piel y el sudor en un esfuerzo extraordinario y meritorio, fallamos puntualmente y fracasamos. Las máquinas no tienen nuestras humanas debilidades, no tienen nuestros puntos flacos, son frías, mecánicas.
Quizás por eso me gustan los humanos. Sigue así, Vladimir.
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donchus -