Poderoso caballero
[ INTRODUCCIÓN: "Usted no es normal. Si está leyendo estas páginas, seguramente pertenece a la minoría de la humanidad que tiene un empleo estable, adecuado acceso a la Seguridad Social y que además disfruta de una considerable libertad política. Además, a diferencia de otros 860 millones de personas, usted sabe leer. Y gasta más de dos euros al día. El porcentaje de la población mundial que combina todos estos atributos es menos del 4%". Tomado de Moisés Naím, "Cuando lo normal es raro", diario El País, 28 de septiembre de 2005]
En los últimos días, una de las ideas que más ronda por mi cabeza es la de nuestra relación con el dinero. Además, en estos días he tenido la ocasión de coincidir con dos conocidos médicos de distintas especialidades cuya gran valía es ampliamente reconocida en sus círculos profesionales, que ejercen exclusivamente en la sanidad pública, mientras podrían estar haciéndose de oro si abrieran una consulta privada, gozar de una clientela selecta, una jornada moderada, de tardes de golf, y de fines de semana para volar a Londres a ver el último estreno operístico y comer en su restarurante favorito. Y sin embargo, acuden cada mañana a su atestada consulta de la Seguridad Social a resolver los problemas corrientes de la gente corriente. En situación parecida conozco a algún que otro profesor universitario que rechaza generosas ofertas de la empresa privada mientras investiga con precarios medios en una universidad pública y atiende a su docencia. ¿ Qué es lo que les hace ignorar aquello por lo que la mayoría de la gente es capaz de vender su alma al diablo ? Tengo algunas respuestas, pero mi mente siente más tendencia a hacerse preguntas. Y entre todas las que se me ocurren, tengo una predilecta: Si estuviera yo en una situación análoga a la suya, ¿ sería yo capaz de hacer la misma elección ? Por cierto, ¿ lo serías tú ?
Canción: "Losing my religion", del grupo georgiano R.E.M.
"He dicho demasiado; no he dicho lo suficiente".
En los últimos días, una de las ideas que más ronda por mi cabeza es la de nuestra relación con el dinero. Además, en estos días he tenido la ocasión de coincidir con dos conocidos médicos de distintas especialidades cuya gran valía es ampliamente reconocida en sus círculos profesionales, que ejercen exclusivamente en la sanidad pública, mientras podrían estar haciéndose de oro si abrieran una consulta privada, gozar de una clientela selecta, una jornada moderada, de tardes de golf, y de fines de semana para volar a Londres a ver el último estreno operístico y comer en su restarurante favorito. Y sin embargo, acuden cada mañana a su atestada consulta de la Seguridad Social a resolver los problemas corrientes de la gente corriente. En situación parecida conozco a algún que otro profesor universitario que rechaza generosas ofertas de la empresa privada mientras investiga con precarios medios en una universidad pública y atiende a su docencia. ¿ Qué es lo que les hace ignorar aquello por lo que la mayoría de la gente es capaz de vender su alma al diablo ? Tengo algunas respuestas, pero mi mente siente más tendencia a hacerse preguntas. Y entre todas las que se me ocurren, tengo una predilecta: Si estuviera yo en una situación análoga a la suya, ¿ sería yo capaz de hacer la misma elección ? Por cierto, ¿ lo serías tú ?
Canción: "Losing my religion", del grupo georgiano R.E.M.
"He dicho demasiado; no he dicho lo suficiente".
2 comentarios
María -
Es genial que gente como tu publique sus pensamientos.
Un beso.
Esther -
Un saludo :)