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Titiritero de palabras

Nostalgia

 

    Siempre me ha encantado "In my life", de The Beatles. Ciertamente, todo lo del grupo de Liverpool me encanta, y escoger entre las casi trescientas canciones firmadas Lennon-McCartney, el puñado de las firmadas Harrison, o incluso la única que recuerdo que lleva firma Starkey (Yellow Submarine), que no es un "granché", como dicen los italianos, pero no deja de ser Beatles, es como lo de preguntarles a los críos que a quién quieren más, si a papá o a mamá.

 

    El trozo que habla de las personas que ya no están siempre sospeché que lo escribieron pensando sobre todo en Stuart Sutcliffe. A mí me trae a la memoria a dos: José María, que falleció a los 18 nada más sacar las oposiciones a Policía Local de Mieres, el carnet de conducir y comprar su primer coche, y con quien compartí seis vacaciones de verano como mi amigo del alma, y que no llegó ni a tomar plena posesión de su posición laboral cuando un absurdo accidente causado por un conductor que se saltó un stop acabó con su joven vida, con la de una de sus acompañantes, y dejó con gravísimas lesiones a la otra. Cuando me despertó mi abuela para decirme lo que había ocurrido, tras el primer impacto, brutal, lo segundo que pensé es que era el primer año que no había ido con él de vacaciones en siete, y que de haber ido, lo más probable es que yo también hubiese estado en aquel coche. Raramente dejó de pensar en aquella vida truncada de aquel excepcional chaval cada vez que me saltan con lo de que las multas son para recaudar, aunque jamás había sacado el caso concreto que aún no he superado, sólo me refiero genéricamente a si sancionar para disuadir de que te saltes un semáforo y mates a una familia que ha pasado el suyo en verde es recaudar.

   El otro es ahora Lorenzo Pueyo, a quien tuve la ocasión de dedicarle recientemente una obrita. La tercera persona cuya falta ha golpeado mi vida, muchos sabréis quién es, pero sólo catorce meses después aún no estoy en condiciones de escribir sobre ello.

    Menos doloroso, aunque más proclive a la dulce nostalgia, son los sitios que ya no están. Ahí uno se acuerda de los lugares de ocio nocturno "de toda la vida" del Oviedo antiguo que frecuentó a finales de los 80 y principios de los 90. Nombres míticos, que obviaré porque seguro que olvidaba alguno fundamental. Mis compañeros de juergas de aquella edad sin duda saben cuáles eran. Son mi The Cavern particular.

    La nota frívola de la canción es la referencia, que no podía faltar en una canción de The Beatles de aquella época (más tarde vendrían otras más profundas, pero aún no había llegado la hora) al amor, con ese "a ninguna he querido tanto como a ti" que le da el tono meloso que los productores y editores no hubieran permitido faltase. En lo que a mí toca al respecto, optaré por el machadiano "Cosas de hombres y mujeres / los amoríos de ayer / casi los tengo olvidados / si fueron alguna vez". Ciertamente, uno no se olvida de algunas novias que le marcaron. Pero ha pasado el agua bajo el puente, cada cual tiene su edad, y vamos a dejarlo en los amigos, hermanos, compañeros que se fueron demasiado pronto, y en los locales que te dejan esa sensación agridulce de la sonrisa por los felices tiempos pasados en ellos y la tristeza de que esos ya no volverán (aunque habrá otros igual de buenos, pues cada edad tiene su afán).

    En fin, ladies and gentlemen... Con ustedes.... The Beatles !

 

http://www.youtube.com/watch?v=zI0Q8ytD44Y&NR=1

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