Olé por Chus Morales

 

En el poquísimo tiempo libre que he tenido ni tendré durante la jornada de hoy, pude leer un par de páginas del diario más vendido de Asturias, y veo que Chus Morales dice que asume toda la responsabilidad política por la anulación por el TSJ del PGOU de Gijón....

En este santo país, en el que no asume la responsabilidad de nada ni el tato, donde Bárcenas no dimite, donde la Sanidad en la Comunidad de Madrid está hecha unos zorros y desde el Gerente del Hospital para arriba, todo el mundo pretende endosarle la responsabilidad de un error terrible, pero inmensamente condicionado por la política sanitaria, muy en particular en lo tocante a personal, a una pobre enfermera cuya "culpa" más significativa es, en una situación complicada en un servicio en el que era nueva, tratar, con la mejor voluntad , de echar una mano mientras otra compañera (la otra única enfermera que había en lugar tan crítico ) más experimentada en neonatología atendía una grave urgencia. En un país donde al Presidente de la Generalitat Valenciana lo abruman las evidencias de que ha mentido respecto a quién le pagó y cómo unos trajes ( me da igual si ha habido delito o no... en una responsabilidad pública donde las cosas deben estar claritas claritas, el Sr. Camps debería haber salido públicamente , si eso es lo que ocurrió, admitiendo que le pagó unos trajes un empresario amigo, o a quien tenía por amigo, que los aceptó sin considerar siquiera por un instante que pudiese estar haciendo algo inadecuado, ni mucho menos estando dispuesto a conceder contraprestación alguna - personalmente, no me creo que Camps sea una persona que se venda por unos trajes -   , pero el hecho de mentir en un asunto que tiene un evidente interés público no ajeno a su condición de Presidente le inhabilita moralmente para seguir dirigiendo los destinos de una Comunidad)....

... en un país, decía, donde nadie admite responsabilidad por nada, y todos los responsables tan campantes, que Chus haya asumido toda la responsabilidad política por una actuación en la plena convicción de su legalidad, y que esencialmente sólo ha sido cuestionada por cuestiones de forma, dándose el caso obvio que, de haberse previsto que podría alguna vez producirse una sentencia como la que conocimos hace poco, se hubiera tramitado conforme al procedimiento que el Tribunal hubiese sin duda considerado válido, y habiéndose obtenido idéntico resultado, le honra, como le honran dos décadas de servicio intachable a los ciudadanos de Gijón.

Ya cuando salió el tema del funcionario municipal que podría haber hecho cosas poco éticas, o incluso ilícitas, está por ver, con la segregación de una parcela, había pensado en él. Lo primero que me dije fue que, conociendo como conozco la Corporación gijonesa, no me cabía la menor duda de que en lo que haya podido hacer ese señor, si algo fue irregular, ningún concejal fue ni consintió. Pero que siendo Chus Morales el concejal que tenía en el momento de los hechos el control de dicho funcionario, si mi mano ya la hubiese puesto en el fuego por cualquier concejal gijonés de los últimos veinte años, desde Bayón hasta Josechu, pasando por Pedro Sanjurjo, por Santiago, que de aquella no estaba, o por la misma alcaldesa, por Chus la hubiese metido aún más en el centro de la llama y con mayor convicción.

Es hora de que en este país TODOS los políticos empiecen a asumir sus responsabilidades políticas, en lo bueno y en lo malo. Estamos en unos tiempos en que hacen falta millares de Chus Morales.