Cuéntame un cuento
En plena cura de deshabituación de algunos de los vicios que me han acompañado durante el último cuarto de siglo ( me refiero, insisto, solamente a modos de actuar... mis adicciones a sustancias ya las considero un caso perdido ), me estoy preguntando, una vez que termine de trabajar esta noche, si el insomnio no me respeta, qué voy a hacer en esas horas tan duras en que uno quisiera dormir y no puede.
Alea jacta est.... Se lo he prometido a una persona..... voy a escribir mi primer cuento. No es nada original, de eso sí que os informo: de hecho el tipo de argumento me recuerda mucho a un escritor muy conocido y reconocido... digo el tipo de argumento, por supuesto. No voy ni a decir aquello de "salvadas las evidentes distancias", porque no es que yo esté distante de ese autor, que, si bien es cierto que me ha influido mucho, no es que le esté copiando.... es solamente que es ese tipo de relato el que bulle en mi cabeza, sin pretender copiar a nadie... No es que yo esté distante de ese gran autor, decía,... es que no cabe hablar ni de distancia.... él no era de otra galaxia, es de un universo distinto al mío, en cuanto a calidad literaria.
Aun con todo, yo pienso escribir mi cuento de tercera división, ... de tercera división orgullosísima, como el Real Oviedo.
Y es que, lo prometido es deuda... Y las alternativas para esta "madrugá" no me seducen.
Eso sí, va a ser un cuento en edición limitada y numerada: aparte de lo que pueda haber en soporte digital en mi poder, sólo va a existir una copia en papel: la de la conocida a la que se lo prometí. Si el segundo me sale un poco menos malo, temblad, que igual de ese hago copias :-)
2 comentarios
Sergio -
Evitaré caer en la coquetería de explicitar mi avanzada edad para explicarme, pues con razón me "frayarían" rápidamente varios de mis pocos, pero fieles, lectores en Titiritero de Palabras....
Me limitaré a explicitar lo que en mis tiempos de estudiante llamábamos una "minorante": tengo ya más de cuatro años.
Y los cuatro años, es una barrera razonable para descubrir y asumir que todos tenemos nuestros límites, y, entre los míos, se encuentra el de no tener talento para escribir cuentos, aunque me gustaría.
Por ello, sabe que el verdadero sadismo sería que te lo hiciera leer, no que te ahorre su lectura...
Sí que te diré que el autor al que me recuerda la historia que aún está en más de su mitad no más que en mi cabeza no es otro que el gran Franz Kafka..... Si te empeñas mucho, siempre puedes esperar que haya un Max Brod que incumpla mis instrucciones y te facilite una copia de mi disco duro, o de mi pendrive favorito, con el cuento....
Eso sí, te advierto que yo confío mucho en mi Max Brod particular, y sé que ella procederá sin duda a quemar todos mis papeles sin excepción, según el plan previsto.... Con Brod, fue una suerte para la Humanidad que incumpliese su obligación y nos permitiera leer la inquietante, pero hermosa, obra de su amigo Franz.... Mi caso es muy distinto, Velda.... El favor a la humanidad se lo hará mi albacea quemando toda la porquería que contienen mis cartas, mis escritos,... y últimamente mis soportes digitales :-) Un beso.
Velda Rae -