Abolamos las calculadoras
Llevo un par de décadas sufriendo viendo cómo cada vez más, la gente utiliza las calculadoras para realizar operaciones aritméticas triviales, que se pueden hacer de modo instantáneo en la cabeza, o, si es una un poquito más complicada, en un poquito más, pero , desde luego, mucho antes que sacando la calculadora. Vamos camino de lo que nos ha pasado en nuestra civilización con el ejercicio físico. Para ir de aquí a la esquina cogemos el coche, y luego, como hacemos una vida sedentaria, vamos a un gimnasio, donde, si tenemos constancia, haremos el ejercicio que hacían nuestros abuelos en todas las actividades de su rutina diaria. Hoy estamos ya casi en ello a nivel mental. Para multiplicar 9 por 8 sacamos la calculadora, y luego utilizamos el Brain Training en la Nintendo DS para que no se nos atrofie la neurona.
Antes de la calculadora, y, tengo miedo que antes de la regla de cálculo tal y como la conocemos ahora ( bueno, es un decir, hoy la mayoría de la gente no es que no sepa cómo es una regla de cálculo, es que la mayoría de la gente no sabe ni lo que es), se hacían obras de ingeniería comparables a la mayoría de las que se hacen hoy en día apoyados en potentes recursos de CAD, cálculo automatizado de estructuras, etcétera; y, en algunos aspectos, mejores.
Dado que ya sé que mi propuesta de abolir la calculadora no es realista y no va a tener consenso más que conmigo mismo, subsidiariamente propongo que sólo se vendan con receta. Al igual que familias enteras de fármacos que mucha gente con un nivel de cultural general aceptable y con un poquito de sentido común podría utilizar de modo correcto y sin riesgo alguno para su propia salud ni para la de la población general es preciso que te los recete un médico colegiado ( y digo algunas familias, curiosamente, los antibióticos más comunes, que, mal utilizados, no sólo pueden tener consecuencias nocivas para el que los toma, sino que YA han tenido consecuencias nocivas para la población general con el concurso necesario de su mal uso creando cepas bacterianas resistentes y hasta plurirresistentes, en muchísimas farmacias aún los siguen dispensando sin receta sin decir esta boca es mía), para las calculadoras podríamos exigir la oportuna prescripción de un científico o un tecnólogo..... A ver, ... a usted, ¿ qué le pasa ? - Que necesito hacer operaciones aritméticas. Vengo a que me recete una calculadora. - Alto, alto, alto ahí..... Cómo que viene usted a que le recete ¿ qué ? No, no..... Vamos a ver, el ingeniero soy yo. Usted me cuenta qué es lo que le pasa, y si le hay que prescribir una calculadora será por iniciativa mía, las cosas, como son. - Tiene usted razón, mire, pues es que yo trabajo en una ferretería y necesito hacer diariamente muchas operaciones aritméticas. - Bien, bien... .ya vamos mejor. ¿ Cuántas son "muchas" ? ¿ treinta ? ¿ trescientas ? - Pues la verdad, nunca me había parado a calcularlas.... Pues quizás del orden de cincuenta al día... - Cincuenta ¿eh? Ya veo... Muy bien... ¿ Cuántas de esas cincuenta son funciones trigonométricas de ángulos no triviales ? ¿logaritmos?¿exponenciales? ¿habrá algún cálculo a la séptima potencia, por lo menos, dado que parece que consideraba usted que necesitaba una calculadora? - Funciones trigono ¿qué?... Mire... Yo, la verdad, no sé lo que es eso... Yo lo que tengo es que vender clavos sueltos a dos céntimos la unidad, y multiplicar por el número de clavos que se llevan, y cosas así.... - Entiendo... bueno, mire, para cubrirnos las espaldas, por si aplican la subida del IPC a los clavos y tiene usted que multiplicar dos céntimos por 1,014 y por el número de unidades, que ya es un poco molesto mentalmente, le voy a recetar un lápiz, y dar indicaciones a mi colega de cabecera para que le recete todo el papel que necesite... el lápiz, cuando se le acabe, viene por aquí y si eso ya le doy otro, eh.... Adiós, buenos días.
A ver, tampoco es que esté pidiendo que nadie se lea los ( por otra parte deliciosos ) pasajes de algunos libros de Richard Feynman sobre cómo calcular mentalmente logaritmos neperianos por aproximaciones sucesivas... Pero vamos, que tampoco nadie se extrañe si un día veo que alguien, para multiplicar por 100, va por una calculadora (para los que les haya pillao la LOGSE, aclaro que para multiplicar por cien basta añadir dos ceros al final, y, si el otro factor no es entero, correr la coma dos lugares a la derecha), y no puedo resistirme a empezar a pegar gritos..... Ya sé que no es educado, pero uno tiene sus manías, y, sobre todo, es humano.
Que tengas un feliz día y gracias por leerme.
2 comentarios
Sergio -
Velda Rae -