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Titiritero de palabras

El año en que Trichet subía los tipos de interés

El año en que Trichet subía los tipos de interés

Dentro de una hora finaliza 2008. Un año que, sin duda, será recordado en la Historia. En la Historia Económica, desde luego, pero tan singular en ese aspecto que será uno de esos, como 1929, que quedarán marcados con letras indelebles en la Historia General de la Humanidad.

Lo que en agosto de 2007 parecía un problema relativamente limitado, ligado a las hipotecas subprime estadounidenses y a los productos que, de alguna manera, contenían parte de su riesgo "empaquetado", se ha visto después que tan sólo fue el detonador de una potentísima bomba económica, que, eso está ya claro, estaba bien cebada.

Algunas causas profundas de la actual crisis, como la desregulación y la falta de un control verdaderamente efectivo de los mercados financieros, o la incompetencia de la administración Bush en gestionar la economía del país con más peso en las cuentas mundiales, más el espeluznante gasto en la ilegal, injusta, y sobre todo, errada guerra que el trío la-la-la de Blair, el propio George W., y nuestro inefable Aznar emprendieron en Irak, quizás sólo estén en un nivel intermedio de profundidad. Quizás hay algo incluso más sustancial en todo esto: la imposibilidad de mantener eternamente un modelo económico basado en el crecimiento sostenido de los PIB. Había síntomas preocupantes, como el aumento claramente ligado, al menos en una parte muy sustancial, a las consecuencias de la revolución industrial, de la cantidad y proporción de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre, y la evidencia de que ni los ciudadanos indios, chinos, ni brasileños querrían conformarse, a medida que mejorara su poder adquisitivo, con vivir como humanos de segunda, mientras quienes vivimos en zonas del planeta ligadas desde hace un tiempo significativo al primer mundo quemamos gasolina en absurdos atascos como locos.

En España, por nuestra parte, pusimos también nuestras propios condimentos al plato que se preparaba: si un modelo de endeudamiento, déficit de la balanza de pagos y vida por encima de nuestras posibilidades basado en el disparatado supuesto de que el precio de la vivienda iba a subir indefinidamente, en el tiempo y en la magnitud, no nos estallaba en la cara , la más elemental lógica debería ser definitivamente desterrada por inútil. Vendrán ahora destacados miembros del partido popular con aquella canción de Ya lo decía yo, pero el gobierno no hacía nada.... Como si entre 1996 y 2004 no hubieran gobernado ellos, o el modelo económico y productivo español se hubiera creado ex-novo en marzo de 2004.

Pero probablemente, cuando los historiadores de la economía analicen la actual crisis, una de las cosas que no les pasará desapercibida será una menos básica, menos fundamental, casi, relativamente frente a los grandes problemas estructurales, accesoria, pero que en 2009 aún marcará a muchas familias europeas, muy en particular las españolas: por mucho diploma en la ENA que tenga, hay un señor que ha demostrado ser un auténtico estulto: Jean Claude Trichet, presidente del BCE. En julio, cuando ya sólo un hombre aislado en la antártida con la radio estropeada podía ignorar la evidente y gravísima crisis que se avecinaba, sube los tipos de interés un cuarto de punto ¡ preocupado por la inflación ! Por favor.... si hasta el más iletrado de los peones de albañil del más pequeño pueblo de La Mancha hubieran bajado tipos. Sólo los expertos podrán estimar en qué medida ha perjudicado a la economía española el disparate de esa cabeza de chorlito obsesionada con la inflación, que si le damos al volante de  un ALSA nos lo estampa en la primera curva, dado que es evidente que sólo sabe conducir poniendo el volante recto constantemente hacia donde se empecina. Lo que está claro es que cientos de miles de familias lo van a pasar aún peor en 2009 por culpa de este inepto. Y agárrense a sus cinturones, que lo que nos queda por venir...

Feliz año nuevo.... ( en lo que cabe, glups )

 

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