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Titiritero de palabras

Si este hombre es un falso, ¡ que me apunten a la lista !

Si este hombre es un falso, ¡ que me apunten a la lista !

Hay una vieja canción de apoyo a la Revolución Cubana que reza algo así como "si Fidel es comunista / que me apunten a la lista". No es mi caso, desde luego, yo ni he sido nunca comunista, ni jamás lo seré. Es más, ni siquiera la Revolución Cubana, dicen, originalmente era comunista, si bien Fidel, que es un tipo que tonto no es, pronto vio las ventajas del apoyo de la entonces Unión Soviética, y no ignoraba que su régimen, en una pequeña isla a un puñado de millas de los todopoderosos Estados Unidos, no perduraría mucho sin el apoyo de Jruschov, de modo que tras poco más de medio año, Fidel se las arregló subrepticiamente para forzar el abandono de la Presidencia de Cuba de Manuel Urrutia, contrario a la infiltración comunista en el gobierno, y sustituído por él mismo, con Ernesto Guevara en lugar destacado ( por cierto, huelga explicitar lo que todos sabéis: Guevara tampoco terminó precisamente muy bien con Fidel). Yo, por mi parte, insisto en que si alguna legitimidad podía tener el intento ruso de 1917 , la perdió toda la noche del 20 de agosto de 1968, cuando los tanques del Pacto de Varsovia, con los Soviéticos a la cabeza entraron en Praga y pusieron fin por la fuerza al Socialismo con Rostro Humano de Alexander Dubček, que habría de esperar 21 años para que el gran Gorbachov, tan injustamente tratado por la Historia y por los rusos, tratara de abrir similar ruta en la URSS y diera su nihil obstat a su precedente eslovaco (otro día hablamos de Yugoslavia, el único país que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial instauró un régimen de inspiración marxista sin que lo impusieran los soviéticos, pero ese es un tema complejo que daría para muchos posts).

 

El caso es que yo pretendía hablar de España. Hoy terminaba el plazo para que se llegara a un acuerdo entre el Estado español y la Comunidad Autónoma de Cataluña sobre financiación, y esa gran Vicepresidente, Teresa Fernández de la Vega, ha explicado impecablemente por qué no ha habido acuerdo. Una posición maximalista como punto de partida en una negociación es comprensible, esas negociaciones , para bien o para mal, suelen parecerse a una partida de póker. Pero una cosa es una posición maximalista como primera propuesta para tratar de alcanzar un acuerdo lo mejor posible para los ciudadanos de Cataluña, que es el deber del Gobierno Catalán, que para eso lo han votado sus ciudadanos, y otra acudir con posiciones que trascienden la más mínima racionalidad. Y no, miren ustedes, Govern de Catalunya: ni España ni la gran mayoría de los españoles comulgamos con ruedas de molino, y José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho y dicho lo que tenía que hacer y decir: decirles a los representantes de la Generalitat, muy educada pero muy firmemente: ¡¡¡¡ No !!!! A pseudoextorsionar a quien se deje, yo tengo la responsabilidad de atender a 44 millones de residentes en España, y 6 millones de catalanes son una fracción minoritaria.

Naturalmente, ya tenía que salir el irresponsable de turno: nada menos que un portavoz de Convergencia i Uniò, que está en Cataluña en la oposición, que ha dicho que Zapatero es un falso.

Pues miren, y por eso empecé con la cancioncilla cubana: Si Zapatero, por hacer lo que debe hacer, es un falso, ¡¡¡ QUE ME APUNTEN A LA LISTA !!! Yo, que no creo serlo, si hace falta me declaro un "falso". Porque los asturianos, gallegos, castellanos, leoneses, cántabros, extremeños, también tenemos servicios que dotar con transferencias de la Administración General del Estado, y tal como está la economía, no vamos a consentir que Cataluña imponga unilateralmente al Estado español la porción de la tarta que recibirá. Eso en mi pueblo se llama mala educación. El típico caradura que coge tarta el primero, y toma un trozo mucho mayor que el que le correspondería en un reparto equitativo, y, como se dice en mi tierra "el que venga detrás que arree". Gobierno de Cataluña, oposición de Cataluña: estais muy equivocados. Por fortuna tenemos un Presidente del Gobierno de España con la cabeza sobre los hombros. Y aquí no va a valer lo de que todos somos iguales, pero unos más iguales que otros: eso que se lo vaya a contar Montilla a Orwell. Gracias.

 

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