La red de Salud Mental se ha quedado pequeña

 

No me harto de repetirlo, en España tenemos un Sistema Público de Salud extraordinario, seguramente uno de los mejores del mundo. Uno de los grandes logros de todos los españoles y españolas, gestionado por un ministro socialista al que nunca jamás ya podré tratar ni adquirirle todo el afecto que se merecía,  Ernest Lluch, pues, como es sobradamente conocido, fue asesinado por los malnacidos de ETA ( para que después repartiendo folletos con un resumen del programa electoral del PSOE para Oviedo me llamen "amigo de los etarras", como me llamó un señor en la calle Fernández Ladreda, manda ******s ), fue hacer la Sanidad Pública española UNIVERSAL.

La Red de Salud Mental asturiana es tan excelente como el conjunto del sistema. Sin embargo, hay síntomas sobrados de que se ha quedado pequeña. Para quien la quiera curiosear ( desgraciadamente una persona que no tenía por qué tengo sospechas muy fundadas de que lo hizo, a pesar de que yo jamás le correspondí profesionalmente pues siempre he tenido asignada otra ATS),  mi número de historia es el 2.004. Hace como un año, mi excelente psicólogo clínico, el Dr. Cabero, me observó, con humor , que soy un veterano del sistema. Me dijo: "¿ sabes por qué número vamos ?". No recuerdo el número que me dijo, así que no quiero decir una burrada, pero el dos mil y pocos resultaba ridículo comparado con el último que habían asignado. Por cierto, le pregunté a Andrés Cabero qué área geográfica atiende el Centro de Salud Mental de Teatinos y mi estupefacción fue mayúscula: haciendo un cálculo rápido de las personas que viven en el área que atiende mi CSM, ¡¡¡ creo que tenemos Historia Clínica de Salud Mental abierta algo así como el CUARENTA POR CIENTO de los habitantes de la zona !!!

Ante esta perspectiva, creo que sólo hay dos soluciones, y que debemos adoptar AMBAS:

- 1) hay que aumentar el número de psicólogos clínicos y psiquiatras que tiene el CSM de Teatinos, e imagino que el resto de centros de toda Asturias estarán igual

- 2) hay que "despatologizar" a una proporción importante de los usuarios. No me cabe en la cabeza que en los 17 años que llevo con historia clínica en el centro la prevalencia de nuevos trastornos mentales alcance el treinta y muchos por ciento. Creo que muchos usuari@s tienen problemas que no constituyen enfermedad strictu sensu, o bien hay que cambiar el DSM-IV de arriba abajo. Eso sí, desde lo público, a toda esa gente habría que darle una alternativa. Yo no dudo que tienen problemas ( a poca gente le gusta acudir a un centro de salud por pasar el rato), y esos problemas deberemos afrontarlos desde la colectividad. Pero seguramente se puedan afrontar con recursos menos gravosos que la carísima atención de Salud Mental.

P.S.: Lo de cambiar el DSM quizás no sea descartable: no lo digo yo, lo he leído a psiquiatras de prestigio y que acumulan todos los premios acumulables; los laboratorios farmacéuticos actúan decididamente con el fin de que se considere enfermedad TODO y que todo se trate con pastillas. Baste como muestra un botón: hace unos años, Glaxo Smithkline S.A. patrocinó descaradamente un estudio "científico" según el cual una de sus especialidades, un conocidísimo ISRS,  era efectiva CONTRA LA TIMIDEZ. Todos los periódicos y telediarios recogieron la noticia en titulares. Pero se les vio el plumero. Ese ISRS ya lo comercializaban tres laboratorios diferentes con tres nombres comerciales diferentes, y en la presentación del estudio, los "científicos" (me da asco llamar así a un mercenario de la ciencia) citaron siempre el nombre comercial del producto de Glaxo Smithkline S.A., que no voy a poner para no darle más publicidad a esos impresentables ( si bien todos los laboratorios farmacéuticos se comportan de un modo muy similar, otro día cuento una anécdota de sanofi-aventis). Es sobradamente conocido que los estudios científicos rigurosos citan siempre el nombre del principio activo y no el de una marca. Pero bueno, como decía Pedro Piqueras, así es el mundo y así se lo hemos contado :-)

Que tengas un buen día.