Política institucional versus política de base
En el ya lejano 1991 recibí en Luarca un curso de Introducción al Teatro. En uno de los descansos, charlando de todo y de nada, el profesor nos contó a los asistentes que él había sido activo en política en un partido, pero que lo había dejado porque consideraba que la política a través de los partidos no permitía cambiar la sociedad, mientras que existían alternativas de trabajo desde otro tipo de ámbitos que sí lo permitían.
En aquel entonces, yo, como miembro que era de la dirección regional de Juventudes Socialistas de Asturias pensé para mí que aquel chico estaba completamente equivocado, si bien no quise contradecirle en lo más mínimo y me limité a callar. Hoy, dieciséis años y mucha experiencia de la vida detrás, creo que estaba equivocado en un 50% ( y yo en el otro ).
El hombre y la mujer son "zoon politikon", eso está claro. Tod@s hacemos política a diario. Cuando decidimos si compramos cierta necesidad en el Carrefour o en una tienda de nuestro barrio, por ejemplo, estamos clarísimamente haciendo política.
Y yo sigo creyendo que sí, que desde los Partidos, y desde las Instituciones, se pueden hacer muchas cosas para que la Sociedad cambie, para bien o para mal, en una dirección o en otra muy distinta. Sigo creyendo en el poder transformador de las Instituciones ( aun con los límites que les confieren los enormes poderes fácticos: aquellos que controlan el dinero y los medios de comunicación, sobre todo) . No obstante, cada vez veo más claro que la política institucional es insuficiente para transformar la Sociedad el mundo en el sentido en que yo deseo.
Para empezar, en España, los afiiliados a un partido político somos, casi exactamente, el 1% de los ciudadan@s. Eso crea un sesgo y unas limitaciones gravísimas. Me harto de decirlo, sobre todo a quienes insisten en que todos los partidos son iguales, que ninguno cambia nada, etc. etc.: quizás tenéis vuestra parte de razón, pero si un día el 90% de los/as españoles/as estuviera afiliado a un partido político, la pura ósmosis haría que los partidos reflejaran, por narices, la voluntad mayoritaria de la sociedad.
En la situación actual existen algunos graves problemas de la política institucional:
1) incluso los mejores políticos, y los más bienintencionados, al cabo de un cierto tiempo ( generalmente más bien corto ) pierden el contacto con la calle. Encierra a la mejor de las personas de este país cuatro años en La Moncloa y no sabrá ni una palabra de lo que nos ocurre a los españolitos de a pie, por mucho CIS y muchos expertos de que se rodee.
2) Un porcentaje excesivo de los altos cargos institucionales elegidos en las urnas o nombrados por libre designación, adquieren inmediatamente lo que yo llamo "el complejo de casta": se relacionan sólo entre ellos, hablan sólo con otros altos cargos, tienen la visión de la vida que tienen los altos cargos, y se aíslan rápidamente de quienes nos levantamos todos los días para ganarnos un sueldo escaso con un esfuerzo ímprobo.
3) Demasiados polítiticos que cobran del erario público reciben salarios que jamás soñarían recibir en su actividad profesional habitual (¡¡¡ algunos ni siquiera han tenido una actividad profesional jamás en su vida, que no fuera la política !!! )
Algunas soluciones:
- El recibir tu remuneración del erario público en función de un cargo de elección o de designación jamás debería superar los ocho años (dos legislaturas en la mayoría de las Instituciones ).
- Los salarios de quienes circunstancialmente abandonen temporalmente su profesión para ocupar un cargo público deberían ser equivalentes a la valor de esa persona en el mercado libre de trabajo. Sin límites ni por arriba ni por abajo. Porque, y eso mucha gente no lo comprende, hay gente que tiene una vida profesional en la que recibe altas remuneraciones, que trata de dar a su familia lo que su sueldo duramente conseguido tras años de carrera profesional le permite , y cuyas obligaciones de pago mensuales no les permiten aceptar cargos públicos que aceptarían encantados por colaborar con un Proyecto, pero que están peor pagados que su trabajo habitual. Del mismo modo, tampoco es razonable que quien no llega a los 800 euros brutos mensuales en su trabajo, pase, por designación, a cobrar 2.100. Para mi gusto, un buen sistema sería remunerar a los políticos, durante un máximo de cuatro a ocho años, con la media, ponderada según el IPC, de sus salarios en su(s) trabajo(s) anteriores en el mercado libre durante los cinco años anteriores a su nombramiento. Para quienes no tuvieran trabajo, el Salario Mínimo Interprofesional.
Por otro lado, y , como decía, hay una inmensa labor política que hacer desde la base: asociaciones de vecinos, asociaciones sectoriales de ciudadan@s con problemátivas concretas... Y habría que conseguir que cuanta más gente participara, mucho o poco, en la medida en que su tiempo, su trabajo, su familia, etc. , se lo permitiera a cada un@, tanto afiliándose al partido político que menos le disguste, como aportando su granito de arena a la organización de base de su elección, hasta que terminaran confluyendo, los trabajos desde la base con los trabajos desde las Instituciones, para dar nacimiento a una auténtica Democracia de Calidad y del siglo XXI.
Yo, personalmente, he decidido donar todo lo que no necesito a personas u organizaciones que lo necesitan más que yo, y aportar mi trabajo desinteresado a la Asociación de Usuarios de Salud Mental "Hierbabuena" , a la vez que mantengo mi carnet de miembro del PSOE, de la UGT, y el honorífico vitalicio de Juventudes Socialistas. El día 30 comienzo a impartir gratuitamente talleres a cuantas personas quieran unirse a nosotros en los locales del Hotel de Asociaciones Santullano (en Oviedo, frente al Centro Comercial "Los Prados", y, curiosamente, la gente con la que he hablado de esta cuestión, sin ni siquiera pedírselo, se ha hecho socia de la Asociación y se ha apuntado a alguno de nuestros talleres.
En lo que toca a la parte institucional, ya he comunicado a la Ejecutiva Municipal de mi Partido en Oviedo, que, naturalmente, sigo, como es mi deber, a lo dispuesto en el art. 7.2.f de nuestros Estatutos: "[es] obligación de los militantes [...] la aportación de sus conocimientos y colaboración a cuantos órganos e instituciones se lo demanden".
Que seas muy feliz.
4 comentarios
Sergio -
Ateyavana -
Ye dalgo utópica, pero ye meyor suañar que quedase de brazos cruzaos. Siempre.
Salú.
Sergio -
Saludoooooooooos.
¡¡¡ Y no olviden ser felices !!!
Chus -
Por cierto, precisamente este domingo Julio me comentó que había ido a unas jornadas de Hierbabuena y me habló muy bien. Me alegro de que colabores con ellos.