Blogia
Titiritero de palabras

La otra cara de los biocombustibles

La otra cara de los biocombustibles

Varias ONGs y organismos internacionales han dado ya la voz de alarma. La utilización creciente de biocombustibles está elevando al alza los precios de los alimentos. El creciente uso de bioetanol aumenta la demanda de cereales para su producción, reduciendo las posibilidades de que los más de 800 millones de personas que padecen hambre severa sean el destino de la producción. Los precios elevados de ciertos productos vegetales encarecen la alimentación del ganado, influyendo a su vez en los precios de la leche y de la carne.

Por otro lado, importantes extensiones de tierra altamente productiva se están dedicando en lugares como Brasil al cultivo de plantas destinadas a la producción de combustibles para vehículos, pero a costa de aumentar la deforestación, reducir la biodiversidad, e implantar fertilizantes cuyos residuos son nocivos para el medio ambiente. A día de hoy, el balance del creciente uso de biocombustibles está siendo más negativo que positivo en aspectos tales como la lucha contra el hambre, la pobreza, la reducción de la biodiversidad.

Hay que apuntar hacia modos de producción y hacia acciones comunes de los países que más energía utilizan para invertir esa tendencia. Los biocombustibles pueden ser una alternativa de rápido desarrollo que sustituya un porcentaje importante del consumo de combustibles fósiles, pero no a costa de empobrecer en lugar de enriquecer a las comunidades rurales, no a costa de perjudicar el más que precario equilibrio del planeta.

Los problemas de pobreza, hambre y sostenibilidad deben abordarse, más pronto que tarde en una gran conferencia internacional que estudie políticas válidas para el medio y largo plazo. Tenemos recursos para que nadie pase hambre , tenemos recursos para mantener un uso de energía a niveles compatibles con la calidad de vida ( que no necesariamente pasa por derrochar bienes escasos ); es necesario implicar a todos los países industrializados, pero también llegar a acuerdos con países que tienen mucho que decir y pueden hacer mucho colaborando, en un marco de justicia e igualdad de trato, con ellos: Rusia, China, Brasil, India... tienen derecho a vías para su desarrollo, tienen derecho a que sus ciudadanos vivan mejor, incrementen su calidad de vida; pero tenemos que lograr esos objetivos en un marco sostenible y ajeno a la miopía cortoplacista.

"No heredamos la tierra de nuestros padres, se la tomamos prestada a nuestros hijos"

 

1 comentario

Chus -

Desde luego la búsqueda de nuevas fuentes de energías más respetuosas con el medio ambiente no puede comprometer el desarrollo humano más básico (y por cierto primer problema medioambiental) que es el hambre en el mundo, parece también que las consecuencias como la deforestación pueden ser catastróficas. Quizás una primera clave está en obligar a que el cultivo de bioetanol sea ecológico (siguiendo las normas de la agricultura ecológica), encarece el producto algo pero no compromete el medio ambiente. Pero el tema del hambre relacionado con estos cultivos sigo sin verle solución, salvo que sea precisamente en los lugares dónde se pasa hambre dónde se cultive porque aunque se encarezcan los precios la gente tendrá trabajo y capacidad adquisitiva.