El dos con dieciocho

El próximo año se pondrá en marcha el Plan Severo Ochoa, para captar investigadores notables para nuestro país. El objetivo del plan es que el porcentaje del PIB que España destina a I+D+i alcance el 2,18%, cuando a día de hoy se sitúa en torno al 1,13%, frente al 2% de media de la Unión Europea.

Es importantísimo que se aumente el esfuerzo destinado a Investigación, Desarrollo e Innovación. Entre otras cosas, la necesaria incorporación de la española a las economías con fuerte presencia de producciones de alto valor añadido, en un mundo cada ves más tecnologizado, pasa por ahí. No podemos olvidar que en el concierto internacional, cada día, por otra parte, más abierto, hemos dejado de ser, y cada vez seremos menos, un país competitivo por el bajo coste de su mano de obra, de modo que mayores niveles de cualificación de nuestros trabajadores, unidos a desarrollos en que esos españoles de hoy y de mañana mejor formados que sus padres puedan dar el máximo de lo que son capaces con lo que la sociedad, las familias y ellos mismos invierten en la altísima capacitación de nuestra juventud.

No obstante, es importante también prestar atención a la simplificación de los trámites administrativos. Los más brillantes investigadores de nuestro país, al encabezar un equipo investigador, no deben por más tiempo dar por descontado que ello significará dedicar más de la mitad de su tiempo a burocracia y gestión. No es posible que un proyecto se paralice, retrase, o no sea todo lo bueno que podría ser por trabas irracionales a la incorporación a los equipos de doctores extranjeros de gran valía y convenientes para el equipo que los pretende. Además, debe dotarse a los grupos de investigación de personal, en cuantía suficiente, para descargar a los científicos y tecnólogos de las tareas en que no deben perder su valioso tiempo.

El nuevo programa va en la dirección adecuada, hacen falta los gestores adecuados para ese plan, que, sin duda, se pondrán, una comprensión y apoyo importantes del conjunto de la sociedad, y que el sector privado tome ejemplo y siga la misma línea de apuesta por la innovación. "Que inventen ellos" debe quedar para la Historia, como una manifestación de una realidad triste de nuestro siglo XX ( ¡ por no hablar de los anteriores ! ) que en el XXI quedará felizmente superada.