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Titiritero de palabras

Ay, mi Oviedín

Ay, mi Oviedín

Parece ser que ayer, el nuevo presidente del Real Oviedo, Toni Fidalgo, se dio un paseito por las instalaciones donde entrena el equipo. Y se le ocurrió, ya de paso, lanzarles una arenga a los jugadores. Uno podría esperar, de un tipo con la trayectoria y el extenso currículum de Fidalgo, unas hermosas palabras con exhortaciones al compromiso, a la imaginación, a la fantasía, a la búsqueda de la calidad que cada uno de los chavales tienen en su cabeza y en sus piernas. Pero no. El señor Fidalgo ha pedido a los jugadores que le echen cojones, así, como suena.

Uno, que tiene algo de memoria, recuerda la última vez que un responsable del club aludió a las gónadas en circunstancias similares. Debía de ser el año 1986 o por ahí. Carrete acababa de sustituir al sabio, pero desafortunado, Antonio Ruiz al frente del equipo, que se encontraba en situación crítica. Por supuesto, la fineza de Carrete no hizo otra cosa, nada más llegar, que exigir a los jugadores, aquella vez también, que le echaran cojones: el resultado, el esperable; pocas semanas después, el equipo no sólo no había mejorado un ápice su situación en la tabla, sino que se había convertido en líder.... ¡ en número de tarjetas amarillas y rojas recibidas !

 ¿ Por qué cuándo faltan mejores recursos, no hallan mejor solución, los titulares de mentes limitadas, que aludir a esos elementos anatómicos ?

Ay, Oviedín, Oviedín, tan lejos de la razón y tan cerca de ciertos nubarrones. A pesar de todo, estamos con el club. Paciencia.

 

1 comentario

donchus -

La situación del Oviedo da para comentarios imaginativos también en las propias reuniones del club