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Titiritero de palabras

Dos truquitos fáciles y efectivos

Dos truquitos fáciles y efectivos

 

Está sobradamente comprobado que una de las mayores causas de los repetidos fracasos que todos experimentamos cuando hacemos buenos propósitos ( por ejemplo, a partir de mañana, hacer ejercicio físico regularmente ) es el acometer el proyecto con extrema ilusión y energía, demasiada, que suele redundar en que lo abandonamos tan rápidamente como lo emprendimos.

Una estrategia que recomiendan los expertos, y que a mí me ha funcionado( me centraré en el tema del ejercicio físico pero es trivial extrapolar la técnica a cualquier otro propósito en la vida) es comenzar muuuuuuuuuuuuy poco a poco. Con un pasito que nos resulte absolutamente irrelevante, aunque parezca inútil.

Por ejemplo, al ir a trabajar, si cogemos el autobús, a partir de mañana decidir que nos bajaremos una parada antes y haremos el último trecho ( en mi ciudad, Oviedo, la distancia entre una parada de cualquier línea del autobús urbano y la siguiente es siempre pequeña ) andando tranquilamente. Puede parecernos que eso es como no hacer nada, pero si lo contemplamos con la perspectiva adecuada , nos dará ánimos: recuerda que todo camino de un millar de millas empieza por un primer paso. Sólo cuando nos hayamos habituado a bajarnos una parada antes, y estemos cómodos así, y nos resulte cotidiano, pasaremos a bajarnos DOS paradas antes. Y así progresivamente, de modo que, cuando estemos preparados, no importa si es dentro de un mes, cinco meses o un año, podremos hacer y  nos resultará facilísimo todo el trayecto al trabajo caminando ( si no está excesivamente lejos,... si está a un número significativo de kilómetros, podemos ponernos como tope realizar , al final del proceso, nuestro objetivo..... los últimos 2 kilómetros, 3, o uno, según el propósito, las fuerzas, la condición física, y las eventuales limitaciones de cada cual.

Análogo absolutamente sería detenernos todos los días, al volver a casa, si solemos subir en ascensor, un piso antes. Cuando sea una rutina sobradamente establecida, dos. Hasta que no nos cueste nada y sea un hábito subir todo el trayecto andando ( de nuevo, si vivimos en un noveno, y nuestras facultades físicas tienen un límite, fijarse desde el principio un objetivo más modesto también vale).

Por cierto, dice el Dr. Fuster, una de las máximas autoridades en cardiología, que subir escaleras es uno de los ejercicios más cardiosaludables que hay.

¡ Feliz finde, lectores ! Nos vemos por la calle, o en las escaleras...

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