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Titiritero de palabras

¿ Tú también, hijo mío ?

¿ Tú también, hijo mío ?

Ya sé que a estas alturas no es un misterio para nadie, pero dicen los ingleses que "first things first", así que empezaré por el principio por si llega alguien nuevo al blog: milité desde los 14 años en las Juventudes Socialistas, desde la edad mínima a la que se puede. Milito desde los 18 años en el PSOE, edad mínima a la que se puede. Tengo 36 años, con lo cual llevo la mitad de mi vida en dicho partido.

No digo que soy socialista, sino que lo intento, porque para mí, ser socialista no se consigue con una mera declaración en dos o tres palabras ( "soy socialista" ), sino que es una cuestión ética. Para mí el socialismo es una versión evolucionada de los principios básicos ilustrados de Libertad, Igualdad y Fraternidad, ésta última bajo el nombre, que los socialistas consideramos más adecuado, de Solidaridad.... Y decir que se es socialista es muy fácil, pero serlo es una cuestión ética a un nivel que no es fácil alcanzar. Confieso que falto a mi condición de socialista a diario. En un mundo en el que hace no mucho había 840 millones de personas pasando hambre crónica, y donde hoy sabemos que ese número se ha incrementado no sabemos en cuántos millones pero en muchos debido a la subida del precio de los alimentos, el hecho de que hoy mi plato estuviera a rebosar mientras otros no tenían nada que llevarse a la boca y de que no hago lo bastante por evitar esa situación haría que me avergonzara de declararme socialista, a la vez que quebranto los principios básicos de Igualdad y Solidaridad en los que creo.... y podría poner muchas más deficiencias de mi condición de socialista, pero no os voy a aburrir.

En todo caso, no soy partidario del Partido Popular, eso está claro. Es un partido al que respeto profundamente como demócrata, pero no es mi opción.

El caso es que en los últimos tiempos el Partido Popular se halla en una serie de problemas internos bastante pronunciados. Podría haber quien pensara que, como simpatizante socialista, esto me alegraría: Nada más lejos de la realidad. En las democracias europeas actuales, creo que es muy conveniente que haya un partido socialdemócrata y otro liberal-conservador sanos y bien funcionantes. No me parece bueno para la democracia que ninguna de las dos opciones atraviese por problemas serios, y espero que los populares salgan lo antes posible de este bache actual por el bien de la democracia sana y deliberativa, de sus muchos simpatizantes y de la sociedad española en general.

El caso es que, como demócrata que acabo de decir que soy, y como persona educada y respetuosa, no me gusta meterme a arreglar las casas ajenas. No obstante, a veces, el estruendo de la casa del vecino es tan notorio que uno no puede evitar tener alguna impresión al respecto, e incluso comentarla. Es por eso que me permito la osadía de opinar sobre una cuestión que, como digo, salvo por un tema de salud democrática, debería serme ajena...

Estamos asistiendo a un acoso a Don Mariano Rajoy que me causa auténtica estupefacción. Lo peor del caso es que aparenta ser un acoso destructivo, nadie plantea alternativas, ni una diferencia ideológica medianamente creíble y convincente. En el mundo existen democracias en las que se puede plantear una moción de censura "destructiva", sin necesidad de plantear un candidato ni un programa alternativos. Nuestros padres constituyentes, en cambio, en la Constitución de 1978, sancionada en referéndum por el pueblo, escogieron el modelo de la moción de censura constructiva: si deseas destituir al Presidente del Gobierno, debes presentar obligatoriamente un candidato alternativo con un programa alternativo de gobierno. Y creo que sería muy recomendable que los partidos políticos que representan a millones de españoles que los votan tomaran nota del ejemplo constitucional, y antes de soltar los perros contra un presidente de partido, escogieran más bien la opción de decir claramente qué otro presidente o presidenta quieren y por qué y para hacer qué.

El caso es que cuando los mastines los azuzaba Doña Esperanza Aguirre Gil de Biedma, de la que uno se espera cualquier cosa, yo ya estaba un poquito alucinado con las formas. Pero cuando hoy he visto que se ha sumado a la campaña de acoso e intento de derribo alguien tan razonable y con los dedos de frente que tiene Gabriel Elorriaga se me ha caído el mundo a los pies.

Es sobradamente conocido que cuando en el año 44 antes de Cristo 23 senadores apuñalaron al líder romano Julio César, éste, defraudado, exclamó algo así como "Tu quoque, fili mi" ( ¿ tu también , hijo mío ? ) , refiriéndose a su hijo adoptivo Bruto, del que no esperaba tal cosa. Hoy, viendo los informativos y la salida a la palestra de Elorriaga, no he podido evitar recordar la frase.

Nunca me ha cabido ninguna duda de que Rajoy era un señor de derechas, como él mismo gusta de decir, absolutamente convencido de lo que dice y hace. Obviamente, no comparto con él el ser de derechas ( aunque seguramente si nos sentáramos con buena voluntad por ambas partes, y yo la pondría, seguro que seríamos capaces de entendernos mutuamente ). Pero cada vez me caben menos dudas, e insisto que es una forma de hablar, pues ya partía de no tener ninguna, de que es un señor. Yo, en su lugar, ya habría dicho al partido: ¿ Queréis poder ? ¡ Quedaoslo todo ! Yo lo dejo y me voy a Pontevedra a mi plaza de Registrador de la Propiedad ganada por oposición, donde ganaré mucho más dinero y tendré muchos menos quebraderos de cabeza.... Chapeau por todo un señor convencido de las cosas en las que cree por no hacerlo. Espero que el Partido Popular encuentre su sitio por el bien de todos, pero les recomiendo a algunas de sus mejores personas que miren sus espaldas, no vaya a ser que por ellas les apuñale algún otro hijo.

Gracias por leerme.

 

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