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Titiritero de palabras

Notición inadvertido

Notición inadvertido

Pues sí, ayer ocurrió en Oviedo un episodio que pasó inadvertido y que , de haberse notado, hubiera generado nubes de periodistas, del corazón, de otras vísceras varias, y hasta de cuantos presumen de no viscerales.

El caso es que a mí me informaron reservadamente y en privado: una destacadísima integrante de una familia real extranjera iba a acudir a una misa en un conocido templo de nuestra ciudad. Naturalmente, uno, que no suele ser fan de nada ni de nadie, pues asocia la palabra "fan" con el fanatismo, y el fanatismo con la irreflexión, en esta ocasión hizo un poco de tal y decidió guardarse ese conocimiento para sí. Y aprovecharlo. Hete aquí, que a la hora adecuada, en el lugar de culto exacto, este juntador de caracteres títeres con cierto orden ( que no siempre concierto ) se hallaba en un discreto banco de su parte habitual: la trasera derecha.

Se trataba, todo hay que decirlo, de la primera vez que recuerdo en muchíiiiisimos años en que asistía a una misa sin que se tratase de un bautizo, comunión, boda o funeral. El caso es que las cosas salieron según lo previsto, y pocos segundos después de situarme en el sitio elegido, la monárquica mujer entró en el consagrado edificio y se sitúo justo a mi altura, si bien en el extremo izquierdo, el más contrario a mi lado. Por supuesto, la reconocí inmediatamente: sobria, serena, discreta, pero fiel a la imagen que se conoce de ella.

Tras el consabido "ite, misa est" (en castellano, que del Concilio Vaticano II aún se conserva algo), y a la salida, me dirigí educada y discretamente a la dignataria por su nombre civil. No sólo se manifestó con una cercanía extraordinaria para quien, en el fondo, basa buena parte de su posición en una condición extraordinaria que hace complicada la elección de cómo someterse a las aproximaciones de la plebe, sino que me invitó en una céntrica vinatería a un refresco de naranja frente al cual charlamos distendidamente sobre cosas tan poco triviales como la ética, la teología, o el enfoque vaticano de las cuestiones de este mundo, que, por otra parte, Jesús dijo que no era el suyo, o, para ser exactos, que su reino no pertenecía a él.

El caso es que ahora sólo me queda añorar que Oviedo no tenga metro, y que no quedemos un día, y llegue tarde, emergiendo un cuarto de hora después de la hora convenida entre los bancos de gentes que suben presurosas las escaleras pendientes de lo que a cada cual le asigna sus urgencias. Y que cuando mi inquietud empiece a alcanzar niveles preocupantes, radiosa spenga ogni protesta, me dé un par de besos, y nos vayamos hablando, los dos, de amigos, discos, y vacaciones de Navidad....

 

3 comentarios

José Antonio -

Yo creo que esa integrante está de Erasmus en Oviedo JeJe

Sergio -

Lo lamento profundamente, Car. El artículo dice lo que dice y no va a ser aclarado ni en lo tocante a una coma, ja, ja. Quien quiera y pueda, que lo entienda xD

Car -

sisi pero yo no me he enterado de quien era????????????
neñu me encantó el texto pero de que coño tas hablando??jajajjajaa
muakaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!