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Titiritero de palabras

Asegúrate antes de comprar casa

Asegúrate antes de comprar casa

Antaño, cuando tenías un vecino médico, te sentías contento. Seguro. Como si el médico vecino fuese una garantía contra cualquier peligrosa eventualidad. De hecho, los vecinos médicos saben muy bien que la de su casa es la primera puerta a la que llaman: "Somos los del quinto, por favor suba en seguida que a mi padre le ha dado...". Así, sin comas ni pausas, con el apresuramiento del miedo a la muerte. Y el vecino médico subía, no faltaría más. La vecindad es una clase especial de relación que puede llegar a ser más comprometida que la familiar.

Hogaño, hay tantos recursos de urgencia que la vecindad de un médico, aun siendo siempre aliviadora, ya no es necesaria. 

Yo he tenido mucha suerte: no tengo ningún vecino médico pero tengo unos vecinos informáticos. Y eso sí que es necesario. Una bicoca. No por el aquel de que no cobren las consultas: es que no hay consultas. Hay informatización vecinal, que es algo muy distinto. Hay cercanía informática, soluciones informáticas, seguridad informática.

El verdadero peligro personal y doméstico está hoy en los ordenadores. Un ordenador te puede arreglar la vida o llevarte hasta la misma puerta del infierno. Todo está en sus manos. El ordenador es más misterioso que el coche, o una lavadora, o que un frigorífico, y, por supuesto, mucho más misterioso, complicado y necesario que la salud. ¡ Se puede vivir sin salud, pero no sin ordenador !

La próxima vez que cambie de casa ya no me importará si tiene piscina. Lo que exigiré es que tenga un vecino informático.

 

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